lunes, 26 de julio de 2010

MI PAPEL COMO EDUCADOR

MI PAPEL COMO FUTURO EDUCADOR

Mi papel como futuro educador es muy importante y primordial en la vida de los adolescentes, ya que somos la persona encargada de impartir formación y educación a un número considerable de adolecentes en un período continuo, durante un lapso de tiempo, bastante amplio.
PROPOSITO COMO EDUCADOR

Como educador no solamente debo preocuparme por enseñar las clases que correspondan a cierto y determinados objetivos teóricos o prácticos que fijan conocimiento, sino que también debe trabajar, por consolidar valores éticos, morales, de autoestima, de disciplina, de logros, capacitación, y todas aquellas herramientas, que condicionen al individuo, a fortalecer sus convicciones, y poder mantenerse protegido de cualquier peligro social.


EL ROL DEL EDUCADOR EN LA FORMACIÓN DE VALORES

Frecuentemente los documentos principales que emite la Nuestra Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán " señalan como parte de su misión, la de formar integralmente al ser humano. Por su parte, la sociedad le exige a la universidad que rinda cuentas sobre la calidad del profesional que forma y que esa formación vaya más allá de la instrucción o transmisión de conocimientos; y si bien, el hogar es el pilar fundamental en la formación de valores, el profesor contribuye activamente en el desarrollo integral de esa personalidad.
“La educación es el proceso cultural que consiste en el desarrollo integral de la personalidad del ser humano”. Y de acuerdo con Sciaca “Es el proceso de desarrollo consciente y libre de las facultades del ser humano en su integridad del espíritu y del cuerpo”.
El hecho educativo por su dimensión social implica responsabilidades morales al profesor, y es que la moral tiene que ver con nuestro quehacer práctico, con nuestro comportamiento, y no siempre lo que deseamos y lo que hacemos está en correspondencia con los valores establecidos en la sociedad; lo anterior significa, que para educar en los valores morales y virtudes, éstos primeros deben ser apropiados por el profesor, ser parte de su vida cotidiana y al ponerlos en práctica llenarlo de gozo y alegría; de no ser así, posiblemente el docente esté apto para desarrollar otra actividad, pero no la de educar.
El problema se agudiza por que en las circunstancias históricas – sociales que vivimos, todo adquiere un valor monetario, y, los valores humanos fundamentales, en la construcción de la personalidad moral, (justicia, libertad, igualdad, tolerancia, respeto, amor y solidaridad) no son rentables económicamente, pero, son imprescindibles para convivir en paz y actuar con rectitud ante las decisiones morales que a diario se nos presentan en los diferentes momentos de nuestras vidas.
En la formación de la educación moral, el profesor debe tener presente siempre la autonomía del estudiante, es decir, reconocer la capacidad que tiene para actuar de acuerdo con su conciencia, su forma de pensar y su voluntad. Y es importante tener presente que cada acción o gesto que el profesor realiza en clases y que pueda parecerle insignificante, marca una huella en la formación y vida del estudiante.
No debemos abusar de nuestra posición y autoridad en el aula de clases para ejercer una moral heterónoma basada en la coacción, que conduzca al deber y a la obligación, ya que estas no son vividas como propias por los estudiantes ni reconocidas por éstos como necesarias. Debemos promover una “moral autónoma basada en el respeto mutuo, que surge del hecho de considerarse iguales y de respetarse recíprocamente, en esta etapa se manifiesta el sentimiento del bien y de la responsabilidad que tiende a la plena autonomía “
Como señala Freire en su obra Pedagogía de la autonomía, cuando se respeta la naturaleza del ser humano, la enseñanza de los contenidos no puede darse alejada de la formación moral del educando. Educar es, sustantivamente, formar. Y qué mejor que el aula de clases para ensayar los diferentes valores que queremos fomentar en los estudiantes y que más tarde le serán útiles para la vida social.
Qué hacer para alcanzar la formación de valores con los estudiantes? Los valores no pueden alcanzarse de forma espontánea, ni sólo mediante la transmisión exclusivamente verbal, el profesor educa verdaderamente cuando prepara a los estudiantes para la convivencia social, para la búsqueda de valores y virtudes, y lo induce permanentemente a la reflexión interna, a la toma de conciencia explícita y crítica.
Los valores son actitudes del querer del ser humano, de la voluntad, iluminada por la inteligencia. La vida tiene grandes valores, si cuidamos estos y los incrementamos, conservaremos nuestra existencia y la mejoraremos.
“Mediante la moral se accede al valor bien. Todas las virtudes convergen en él. Mediante el arte se acceso al valor belleza, que representa todas las manifestaciones del espíritu del ser humano y de la naturaleza misma. Mediante los conocimientos basados en causas se accede al valor verdad, al conocimiento científico. Mediante la oración se acceso al valor trascendente de Dios. Todos son necesarios para que el ser humano alcance su plenitud y realce esa síntesis integradora necesaria para lograr la felicidad”.
Cuando formamos al estudiante lo formamos para la vida. Los valores como guías de conducta no son permanentes ni acabados, varían conforme la experiencia de vida y la madurez de cada persona. Mediante la educación moral que los profesores promovemos en nuestras clases, contribuimos en el desarrollo de capacidades que van configurando el tipo de conducta deseada para el desenvolvimiento del ciudadano en la sociedad.




PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS EN LA EDUCACION.


1. Los estudiantes aprenden haciendo. Es a través de una interacción activa con su ambiente que los niños encuentran sentido al mundo circundante.
2. Los estudiantes aprenden observando. Observando aquello que ocurre cuando entran en contacto con diferentes materiales y personas.
3. El aprendizaje es un proceso único, exclusivo y especial para cada individuo. Cada persona, cada estudiante, tiene su propio ritmo de aprendizaje, su manera y momento de hacer sentido de las cosas.
4. El aprendizaje debe ocurrir en un ambiente seguro, y de la manera más natural posible. Un ambiente bajo en riesgo en el cual el adolecente pueda sentirse aceptado, y libre para experimentar, equivocarse, y volver a comenzar.
5. El aprendizaje efectivo es auto dirigido. El docente debe actuar como facilitador en el proceso de aprendizaje, haciendo así al estudiante responsable del mismo.
6. Los programas y temas a desarrollar deben ser relevantes para el alumno. Estos aprenden más y mejor cuando encuentran sentido real y práctico a lo que ocurre en el centro educativo.
7. Se aprende a leer leyendo y a escribir escribiendo. Los estudiantes deben estar inmersos en abundantes portadores de texto (libros, canciones, poemas, afiches, etc.) que motiven, inciten, y faciliten la adquisición y dominio del lenguaje.
8. Una buena educación se basa en relaciones. Una educación centrada en el estudiante no es suficiente. También se deben considerar los familiares y maestros como partes integrales de los procesos. Para ello es necesario buscar maneras de intensificar la comunicación, participación e investigación entre los protagonistas (alumnos, padres y maestros).
9. Los estudiantes aprenden a través de múltiples representaciones. El uso de diferentes lenguajes simbólicos (dibujo, escultura, lenguaje oral, teatro, danza,...) para representar una realidad, enriquece la comprensión.
10. El aprendizaje debe disfrutarse. El placer por aprender es de vital importancia a la hora de enfrentar obstáculos, desarrollar la capacidad creativa y descubrir lo desconocido con una curiosidad que se renueva constantemente.

PARA SER UN BUEN EDUCADOR

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Para ser un buen educador se debe tener amor, autoridad y conocimiento. Los resultados de nuestra labor están al final del camino. Es muy difícil encontrar un buen maestro, te propongo analizar el siguiente texto e identificarte con él:

ESTAS SON ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE LOS BUENOS EDUCADORES.

Los buenos maestros tienen metas altas para todos sus estudiantes. Ellos esperan que todos los estudiantes puedan y logren ser exitosos en su salón, y no se dan por vencidos con los estudiantes que van atrasados.

LOS MAESTROS TENEMOS QUE TENER OBJETIVOS CLAROS Y BIEN ESCRITOS.
Los maestros eficaces planifican las lecciones que les dan a los estudiantes una idea clara de lo que van a aprender, cuáles son las tareas y cuáles son las reglas para calificar. Las tareas están diseñadas con metas de aprendizaje y les dan a los estudiantes amplia oportunidad de practicar lo que han aprendido. El maestro es consistente en su forma de calificar y regresa las tareas corregidas a tiempo.


COMO MAESTROS TENEMOS QUE ESTAR PREPARADOS Y ORGANIZADOS.

Ellos llegan a sus salones temprano listos para enseñar. Presentan las lecciones en una forma clara y estructurada. Sus salones están organizados de una forma que limita las distracciones.

LOS BUENOS MAESTROS MOTIVAN A SUS ESTUDIANTES Y LES ENSEÑAN DIFERENTES PERSPECTIVAS.

Los maestros eficaces usan los hechos para enseñar desde un principio, no hasta el final; siempre hacen preguntas que empiezan con? ¿Por qué? ven todas las perspectivas de un asunto y motivan a los estudiantes a predecir qué es lo que va a pasar. Ellos hacen preguntas a los estudiantes frecuentemente para asegurarse que todos los estudiantes están atentos. Intentan motivar a toda la clase, y no permiten que unos pocos estudiantes dominen la clase. Mantienen a los estudiantes interesados en aprender con tácticas variadas e interesantes.
LOS BUENOS MAESTROS FORMAN RELACIONES FUERTES CON SUS ESTUDIANTES Y DEMUESTRAN QUE LES TIENEN AFECTO COMO PERSONAS.
Los buenos maestros son agradables, accesibles, entusiastas y cariñosos. Los maestros con estas cualidades se quedan después de la escuela y están disponibles para los estudiantes y los padres que los necesiten. Ellos se envuelven en comités escolares y actividades, y demuestran un compromiso con la escuela.
LOS BUENOS MAESTROS SON EXPERTOS EN SU MATERIA.

Ellos exhiben amplio conocimiento en las materias que enseñan y dedican tiempo para continuar su propia educación en su materia. Ellos presentan material escolar con entusiasmo e inculcan en los estudiantes las ganas de aprender más fuera de la escuela .

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